martes, 2 de septiembre de 2008

De un cúmulo de arena nacen los Guerreros del Desierto

En los alejados y calientes arenales del distrito de Ventanilla en el Callao viven cerca de 80 personas con discapacidad. Ellos han convertido al Cerro Cachito en su morada y su centro de trabajo. La historia de los denominados guerreros del desierto se inicia un 22 de marzo del 2003 cuando fundan la Asociación de Discapacitados Cerro Cachito.

Los objetivos de esta asociación son conseguir un lugar digno para las personas con habilidades especiales, mejorar su calidad de vida, desarrollar programas educativos, cuidar del medio ambiente y sobre todo generar proyectos de desarrollo laboral.

Calixto Moore, Presidente de Defensa y Desarrollo y Representante Legal de esta entidad, quedó inválido a los 38 años en un accidente cuando prestaba servicios a la marina. Hoy don Calixto es un ejemplo de fortaleza que demuestra que discapacidad no es sinónimo de incapacidad. El nos cuenta que al principio solo eran 18 personas en total, ahora son 116 lotes que corresponden a este gremio.

En Cachito, las necesidad abundan, solo hay luz provisional, no hay agua, las familias viven en la penumbra a partir de las seis de la tarde cuando se oculta el sol y su mayor dificultad se hace visible cuando se enferman y hacen falta medicamentos. Sin embargo todo esto, son solo pequeñas baches en el camino, puesto que, han sabido salir adelante a través de la formación de talleres artesanales.

“Nosotros somos discapacitados no para mendigar, sino para reclamar derechos como cualquier ciudadano, yo estoy concientizado que una persona no debe estirar la mano. Si veo a una persona que necesite ayuda, nosotros como federación le compramos una caja de galletas y lo ponemos a venderlas”, dice Calixto en su silla de ruedas.

Él no se conforma. Al pasar por las calles contagia su ímpetu y su lucha por sobrevivir a otras personas en su misma condición. Aún tienes ganas de enseñar a la sociedad que son personas hábiles.

Pasan las horas, los ómnibus no quieren recoger a los habitantes de Cachito. Quizá para ellos la vida es más difícil, no porque tengan alguna discapacidad sino porque les duele más la indiferencia y discriminación de una sociedad que no los toma en cuenta, que los compadece en vez de insertarlos a ella.

1 comentario:

Anónimo dijo...

recien leo tu crónica... como los contactaron?